Cervantes,
Aquí empezamos con la segunda parte del Quijote, y siguiendo con lo que estábamos la semana pasada como acabo la batalla con el vizcaíno, pero antes de contarnos el final Cervantes nos cuenta que el final de la historia la consiguió un día que encontró un puesto, y según dice el la escribió un arábigo llamado Cide Hamete Benengelim, que según decía era un historiador arábigo. Con esto Cervantes intenta parodiar los libros de caballerías que siempre relatan de esta forma las historias, hasta el final del libro Cervantes alude a este Cide Hamete para contar las historia de Don Quijote.
Y la historia del vizcaíno da el primer golpe siendo tan fuerte que le dobla la espada, aunque solo le da en la parte izquierda llevándose la celada y media oreja. Cuando se vio así nuestro hidalgo se enfureció y le dio en la cabeza llenandose de sangre y cuando se callo le dijo al vizcaíno que se rindiera pero el no estaba para hacerlo las señoras del coche que siguieron las contienda, se bajaron y le prometieron a nuestro hidalgo que irían a ver a Dulcinea del Toboso y le contaría su aventura.
SEGUNDA PARTE-CAPITULO IX-DONDE SE CONCLUYE Y DA FIN A LA ESTUPENDA BATALLA QUE EL GALLARDO VIZCAINO Y EL VALIENTE MANCHEGO TUVIERON
Aquí empezamos con la segunda parte del Quijote, y siguiendo con lo que estábamos la semana pasada como acabo la batalla con el vizcaíno, pero antes de contarnos el final Cervantes nos cuenta que el final de la historia la consiguió un día que encontró un puesto, y según dice el la escribió un arábigo llamado Cide Hamete Benengelim, que según decía era un historiador arábigo. Con esto Cervantes intenta parodiar los libros de caballerías que siempre relatan de esta forma las historias, hasta el final del libro Cervantes alude a este Cide Hamete para contar las historia de Don Quijote.
Y la historia del vizcaíno da el primer golpe siendo tan fuerte que le dobla la espada, aunque solo le da en la parte izquierda llevándose la celada y media oreja. Cuando se vio así nuestro hidalgo se enfureció y le dio en la cabeza llenandose de sangre y cuando se callo le dijo al vizcaíno que se rindiera pero el no estaba para hacerlo las señoras del coche que siguieron las contienda, se bajaron y le prometieron a nuestro hidalgo que irían a ver a Dulcinea del Toboso y le contaría su aventura.
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